Queridas compañeras fanáticas de
AVON y trabajadoras como yo: Mi Dios y la Virgen de Guadalupe me las guarde de todo mal y
peligro y me las colme de muchas bendiciones y de buenos maridos…
Como podrán notar, este saludo
fraternal y lleno de cariño no proviene de la bilis ponzoñosa y llena de bótox
de doña Finita, quien en estos momentos se encuentra en su baño anual de
champaña Belle Epoque de Perrier-Jouet, para alargar su vida un año más; y quien por
razones etílicas y de curaciones de venéreas producidas por relaciones lésbicas
con Lindsay Lohan la han hecho olvidar de su deber de escribir en este blog que
el Papa Benedicto XVI ha catalogado como próximo para la excomunión.
Pero antes de continuar con mi
sabiduría chibcha, implícita en estas letras humildes, déjenme presentarme: Mi nombre es Zenaida Gratulina Ocoró
Chicué, mejor conocida como “La
Vieja Zenais ” y quien por
razones de la vida y de la trata de blancas cayó en las garras de la arpía de doña Finita. (Quien me ha obligado durante 70 años a trabajar en las mazmorras pútridas de su mansión puliendo premios Grammy que compró en los 90 a Milli Vanilli y de los que ahora le da vergüenza pero no quiere deshacerse).
razones de la vida y de la trata de blancas cayó en las garras de la arpía de doña Finita. (Quien me ha obligado durante 70 años a trabajar en las mazmorras pútridas de su mansión puliendo premios Grammy que compró en los 90 a Milli Vanilli y de los que ahora le da vergüenza pero no quiere deshacerse).
La historia de mi vida es triste,
como la de todo pobre: Nací en un pueblito escondido de Bolivia, donde mi madre
me dio a luz gracias a la ayuda de una llama domesticada que ayudó a mascar mi
cordón umbilical. Durante años fui alimentada a punta de leche de zarigüeya y
mico asado. Luego, en una situación deplorable, cuando tenía tres años, mi
madre me cambió por tres libras de arroz y una caja de bizcochos a un argentino
que me adoptó como hija suya. El susodicho me trató muy bien, no debo negarlo,
incluso me enseñó a leer y a escribir… y a disparar fusil porque era un
guerrillero muy poco conocido a quien lo llamaban “El Ché”…
Años más tarde y después de haber
tenido tres abortos a los 14 años y haber sobrevivido a una tribu de salvajes
hinchas del América, en un Puerto de Nicaragua una señora muy prestante y
elegante me contrató para ser parte de su servicio doméstico… (En realidad me
compró por tres cigarrillos kool y una guanábana a un proxeneta tuerto llamado
Eufrigio) La verdad doña Finita fue muy amable porque al inicio me había
comprado como alimento para sus cocodrilos (amantes de la carne humana) los
cuales serían engordados y posteriormente sacrificados para hacer una colección
exclusiva de billetreras LV…Pero grande fue mi suerte cuando
la millonaria dama me dejó vivir simplemente porque yo le recordaba a una
perrita chihuahueña que tuvo cuando era niña en las épocas en las que jugaba
“tiro con narco” en Ciudad Juárez. (Los “blancos”, por -así decirlo-, eran
inmigrantes salvadoreños)…
Ahora ustedes se preguntarán cómo
hice para entrar a este blog sin haber fallecido, y sobretodo cómo es que tengo
de grandes los ovarios para arriesgarme a escribir en el mismo. Bueno, les
contaré: Resulta que una noche, cuando doña Finita se disponía a hacerse la
mascarilla a base de prepucio de neonato, accidentalmente, y víctima de los
barbitúricos, dejó abierta la página con contraseña, la cual, hábilmente, copié
de memoria… ahora, como ella sabe que no me puede despedir y mucho menos
asesinar (porque soy la única persona en el mundo que es capaz de conseguirle
semen de pato para las bolsas de los ojos) puedo darme el lujo de escribir mis
pensamientos en este pecaminoso blog y dormir tranquila…
Lo bueno es que en estos momentos
doña Finita no sabe nada, pues la dosis de Prozac inyectable la pone "mancita", pero apenas se entere yo sé que se armará señor show, el cual por
supuesto grabaré y enviaré a los paparazzis sin alma de TMZ y El Lavadero del
canal RCN…
No siendo más, seguiré con mi
labor de sacar el vómito en la alfombra de Lady Gaga que se quedó anoche en la Mansión y de ponerles
pomada número 4 a
sus bailarines en el culo a quienes la artista sadomasoquista del pene
escondido martiriza noche tras noche con palos y otros objetos fálicos…
Que la Virgen Morena de Monserrate las
proteja y las llene de harta lechona en estas fiestas….
No siendo más se despide Zenaida,
Besitos….
PD: Por favor, la amiga que sepa
cómo fue el final de la
Traicionera me cuenta, es que esa noche no pude verla porque
me tocó buscar sangre de unicornio para Madonna que vino de visita…
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