viernes, 14 de diciembre de 2012

¡Volví!... Y se me pegó la Zenaida.



Mis burritos sabaneros.



Hijas del BlackBerry ¿cómo han estado?

Sé que muchas se preguntan acerca de mi paradero, de mi destino, de mis andares. Y es que he estado muy ocupada con los “corre-corre” navideños.

He estado tratando de escribir pero cada vez que hago el intento me llega una nueva demanda por explotación laboral, así que tengo que reuní a mi comité de 50 abogados blancos y comentar este tipo de hechos, en donde ya he dejado muy en claro ante la corte que el negro es de quién le dispara primero el dardo tranquilizante en el cuello y si salió del África inconsciente y por vía terrestre no es secuestro ni tráfico de personas, es trabajo social.

La verdad la única que no me ha demandado es Zenaida, mi sirvienta de origen desconocido (Creo que salió de una Pokebola porque esa cara no es normal, de verdad que no) Aquella pequeña criatura de piel café, con bozo negro y pequeñas gotas de sudor, con un ojo marrón y el otro como grisáceo debido a que está perdiendo la vista porque un día la aposté en una pelea de
cholas bolivianas. Ese espécimen a quién llamé “Machupichu” en sus primero años mientras la registraba, me ha sido fiel desde el día que la compré.
Muchos de ustedes se preguntarán quién es, su origen, cómo terminó en mi poder y si la quiero.



Primero les aclaro que no la quiero, me da asco verla y suelo entretenerme persiguiéndole por toda la casa con una pistola de agua llena de ácido sulfúrico. Ella dice que va a ir al programa de Pirry a exponer su caso en un décimo programa de mujeres quemadas por ácido porque le tengo la cara llena de huecos, yo le respondo que diré que la cacusa sufre de dermatitis y por eso parece una galleta de avena. De verdad que me divierto tanto con ella.

Quién es, no sé ni me importa. Creo que nació en alguna tribu sudaca y como su madre no tenía tetas porque se las mutilaron para dárselas de ofrenda al Dios cabra la amamantó un chimpancé con moquillo hasta que tuvo la mayoría de edad y se lo comió vivo junto a sus crías.

Zenaida llegó a mis manos cuando vi que la pusieron en Mercado Libre al mejor postor,  y si nadie hacía una oferta, Zoonosis la sacrificaría, por lo que deduje que en mi mansión siempre hay espacio para un esclavos más y ofrecí por ella 2 cigarrillos sueltos, el que me estaba fumando en el momento que iba a la mitad y una libra de arroz comprado a granel.

Durante años me fue muy útil como rata de laboratorio, hasta que generó inmunidad a casi todos los elementos de la tabla periódica y se hizo aburrido inyectarle líquidos humeantes sin que se quejara ni se retorciera del dolor.

Con el paso del tiempo me di cuenta que Zenaida tenía un gran potencial en las labores domésticas, por lo que la saqué de la mazmorra en la que la tenía aprisionada y la engordé para que no se fuera a desmayar limpiando el suelo de la mansión con su propio cepillo de dientes.



No quiero que piensen que tantos beneficios ya mencionados son actos de cariño o humildad ¡Jamás! Como ya les dije la odio con todo el corazón y cada vez que me coloco de mal humor la pateo en el vientre para dejarla estéril y así no será útil para venderle su útero a alguna pareja de homosexuales que quieran jugar a ser mamás; igual, ella jamás sería útil, creo que preferirían fertilizar a un chigüiro con estrabismo que concebir la idea de que su hijo salga del vientre de Zenaida, pero prefiero no correr riesgos.



En este momento está siendo valorada por un grupo de científicos para saber si es apta como para rayos humanos para recargas baterías de cámara fotográfica, pero estoy segura de que fracasará como siempre y llegará con la excusa de que las descargas eléctricas la dejaron adolorida y necesita permiso para ir al médico… Si supiera que no le pago el seguro, todo me lo gasto en créditos de Facebook para jugar Farmville.

En fin, si quieren saber más de ella, pregúntenselo, sólo le fracturé el meñique derecho y un sexto dedo que tiene en el pie, como castigo por haberse metido a mi blog, por lo que puede escribir perfectamente bien.



Cambiando de tema quiero decirles que cabe la gran posibilidad de que mi tan íntima amiga Rómula O’farril tenga participación en la publicación de año nuevo y algunos escritos ocasionales para el blog, por supuesto, entenderán que somos mujeres ocupadas y las negociaciones pueden tardarse un poco - Ya ven que Rorro siempre piden que le pagen con abrigos de focas bebés y como en Dinamarca no están en temporada de masacre las leyes reguladores no dejan ir a matar libremente -

¡Ay! Cómo extraño esas épocas en las que nos embriagamos con mis “amiwis” Rómula y la Bien Adicta XVI, nos desnudábamos en los pasillos del Louvre en París y cantábamos “We are the champions” . Que por cierto, ya que menciono a a Benny, les pide disculpas por los recientes errores ortográficos de su cuenta de Twitter pero ustedes comprenderán que los niños de 8 años no son muy  diestros usando un iPhone.



Bueno, ya por último y para concluir esta publicación que dediqué casi toda a la asquerosa de Zenaida, les informo que estoy vendiendo un hermoso apartamento dúplex en San Andrés con vista a Nicaragua por si están interesados.



No las quiero, ni las querré.



Finita Ludwig de McPherson




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