miércoles, 20 de junio de 2012

Pueblo sin ambición


Suavecito, suavecito.

Hijas de Sigifredo...

Supongo que me han extrañado, aunque yo a ustedes no. La verdad he estado un  poco ocupadita y por eso tal atraso para escribir, y sí, lo sé, eso de los atrasos es muy feo y quién mejor para decirlo y saberlo que ustedes que tienen ya más bocas que alimentar que la propia.
Tantas cosas, acontecimientos, momentos que no sé por dónde empezar, así que ahondaré en lo importante omitiendo cosas irrelevantes como la muerte de Whitney Houston y Donna Summer porque son negras y tengo fuentes haitianas que me revelaron que los negros no mueren sino que reencarnan en algún tipo de instrumento de percusión africano para darle una segunda vida útil a su alma impura.
¿¡Vieron que Shakira está embarazada!? Era de esperar,
el piquetón de Piqué la picó en el pico de gallo y ahora quedará rellenita como un Kinder Sorpresa, y que no diga que no, queridita, que esas caderas no mienten.
Hablo de temas como el anterior porque a este país sólo le interesa la noticia amarillista, la basura que alimenta el cerebro infrahumano de las masas nacionales con información poco enriquecedora y que luego los hace preguntarse ¿¡Por qué somos pobres!? Pues ahí les va algo, si ustedes creen que la razón de su miseria radica en que siguieron acorde todo lo que critica aquél “documental” de YouTube en el que comparan al Colombiano con un oji-rasgado y un sueco, suizo, o lo que sea que era esa mierda blancuzca de cabello decolorado, pues están MEGA-JODIDAS. El desarrollo humano no radica en creer que por ser parte de una sociedad colonizada por putas y presidiarios, en la que los altos mandatarios carecen literalmente de sus 5 sentidos o son hijos de vendedoras de frutas y chorizos bugueños ¡No! radica en el mínimo avance que pueden tener ustedes, hijas del BlackBerry y los transportes masivos; está en no querer ser como todo el mundo y darle a esta vida sin sabor un toque especial para que la puta luz al final del túnel no les brille de blanco el día de mañana como a todo mundo, sino que sea dorada como posiblemente será la mía si es que muero algún día. ¡Uy! ¿Soy yo o con la parte de darle sabor a la vida soné como Calero en comercial de ‘Ricostilla’? En fin, traten de evolucionar y demostrarle a este resto de sub-normales que tienen el ingenio para ir más allá. Muchos lo están haciendo, por ejemplo, los presidentes y ex presidentes están sacando a la venta productos con sus nombres: “Toallas Higiénicas Alvaro Uribe: Las únicas que aguantan dos periodos” o “Pruebas de Embarazo Juan Manuel Santos: Ya no se preocupe por los falsos positivos, nadie los desmiente mejor que nosotros”  y que me dicen del “Desodorante Ingrid Betancourt: Máxima protección por seis años, cuatro meses y nueve días”
Pero ustedes se la pasan sentadotas viendo ‘Protagonistas de Nuestra Tele’ Un puto reallity lleno de mujerzuelas que fueron Chica Águila y  en le que no aparece Dania simplemente porque estaba tomándose las foticos para Soho y donde todos los hombres son pequeñas mariconsitas reprimidas que cuando reciben un correo en su shut de basura adaptado con luz verde, corren desesperadas a la espera de que en un televisor aparezca RuPaul o en su defecto Endry Cardeño diciendo “You Got She-mail”
¿Cuándo será el día que ustedes escuchen mis sabios consejos y se den cuenta que el ser cuota moderado nivel 2 en la EPS no las hace más inteligentes sino asalariadas tipo medio que es peor que ser pobre porque están en un limbo de quiero pero no puedo y puedo pero quedo apretada?
Dice un viejo refrán que más sabe el diablo por viejo que por diablo y me duele admitir que tengo unos añitos de más, pero a la vez, me alegra porque estas primaveras no han sido en vano y cada una ha sido acompañada de innumerables lujos que me he podido permitir porque tengo una visión que va más allá de vestir de Zara y tener una oficina forrada de verde en el centro.
Así que ya saben, a ponerse las pilas y a buscar la forma de salir adelante, porque si esperaban obtener la fuente de la riqueza viendo ‘Pobres Rico’, se jodieron.

Eternamente suya.

Finita Ludwig de McPherson

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