San Valentín

Mis gorditas

¿Cómo me les fue el día de ayer en aquella festividad tan pagana denominada “Día de San Valentín”?  Espero que medianamente bien, porque todas agarran marido, le hacen juagadura de calzón y esperan 365 días a partir de la fecha para celebrarla con hombre, y cumplir su aniversario de manera  “especial”; de verdad, qué patética es la pobreza. Y es que es un día que me repudia, los pobres se dan chocolates - los diamantes del hambre - flores de todos los colores - a mí un pendejo me regala algo que se va a marchitar en 3 días y se lo meto por el hoyo soplador -. Son tan sanguinarios que todo lo decoran con corazones y rojo sangre ¡Qué asco! Toman disque champagne, que me da la impresión que son meados asentados, con soda cáustica y azúcar. Bueno, siempre lo he dicho, el amor es consuelo de pobre.

Con esas frasecitas de que "el amor todo lo puede", y "no importa el dinero cuando estás con los que amas". A ver si vas a amar tanto a la puta de tu mujer cuando esté ofreciendo el chocho para pagar los servicios.  En fin, yo no quiero ser la única que no dé presentes en estas verbenas rupestres, así que les daré a todas un regalo de todo corazón. Verán, hace muchos años le prometía a un amigo mío, John Pemberton, que guardaría absoluto silencio cuando descubrió la receta de la Coca-Cola mientras buscaba un sustituto barato para el agua bendita. Juré que no revelaría la receta de esta bebida que lealmente ha acompañado los festejos de todas las familias de clase media/baja, quinces, bautizos, matrimonios, postulaciones presidenciales, en fin, pero, hace unos días mientras le mostraba unas fotos a la prensas, ¡zaz! Se me escapó una fotografía del dichoso papelito, ese que guardan con tanta seguridad en una bóveda de Atlanta, por lo cuál mandé la promesa al carajo y estoy dispuesta a brindar el día de hoy como regalo a todas ustedes, la receta de la Coca-Cola! Chicas, se acabaron los días de agua de panela con limón y jugo de tomate de árbol, no más sumito de uva con alcohol etílico para pretender que es cabernet sauvignon .

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8 onzas de alcohol
20 gotas de aceite de naranja  
30 gotas de aceite de limón
10 gotas de aceite de nuez moscada
5 gotas de aceite de cilantro  
10 gotas de aceite de neroli
10 gotas de aceite de canela
3 onzas de ácido cítrico
2 onzas y media de agua
1 onza y media de cafeína
1 onza de vainilla
2 pintas de jugo de lima
1 onza y media de caramelo (para el color)
7x
Azúcar al gusto

No quiero que me anden preguntando pendejadas ahora: “Finita, qué es el 7x”, “Finita, donde compro el 7x”, “Finita, puedo usar el 7x en la leche de mi bebé para engordarlo más rápido y así economizar, que es que ando muy pobre”

Me importa un carajo, no soy un maldito diccionario de química ni el chino del kiosco para decirles en dónde consiguen ingredientes.

Por favor, es que me parece ilógico que todas partida de indígenas Costa-Guata-Mexi-Riqueñas sean capaces de hacer llover tocando tambores y no puedan preparar una bebida que no sea a base de hojas de árbol amazónico, pero claro, que puedo esperar de ustedes, si segurito son de las que les parecería más interesante que las carreras de Ascot fueran sobre una cabra.

Tampoco me ajusten la receta para que se adapte a su estrecho bolsillo, ridículas. No me reemplazen en alcohól por agua oxigenada, las gotas de naranja, limón y lima por granitos de jugo en polvo. Por Dios, usen nuez moscada, no maní triturado. Y por lo que más quieran, usen canela como dice la receta, no hagan infusiones con ramitas de madera.

Bueno mis torticas de ajonjolí, no siendo más, me despido y les recuerdo que en esta fecha lo importante es estár con alguien, no importa lo gordo, grasiento, flatulento, feo, peludo y arruinado que esté (Dios, así es el hombre de todas ¿No será que salen con le mismo tipo?) Recuerden que ustedes tampoco es que sean Gisele Bundchen, que acá la más bonita es la que tiene bozo y pero todos los dientes completos, igual, no hay mujer fea, sino sin dinero para cirugía plástica.

Las quiero mis papuchis.

Finita Ludwig de McPherson.